Alguna vez, algun di­a Alhamí estara contigo en ...

domingo, 21 de diciembre de 2008

domingo negro

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entrar es fácil... salir es difícil...


hoy es realmente un domingo negro. las horas son oscuras y pasan lentamente, trata de desconectarse, pero no puede ponerse en blanco, sigue en negro. no hay sueños, los fantasmas huyeron al fondo y se niegan a fantasear.


se sobresalta, se agita, duerme una pesadilla que pesa demasiado. ella le tortura destrozando sus alas. la noche es aterradora, aunque cierre con doble llave y selle cada resquicio ella crecerá en sus noches como una sobre piel, como un dulce regusto amargo, como una imaginación enfermiza, presa de febriles delirios.

¿despertará?...

¿se sentirá culpable?

¿se desvanecerá la magia?

¿quién sabe?

nada más difícil que asomarse a la ventana, y oír a quienes han despertado, como vos, y te acusan de no dejar que el barullo de lo normal vaya imponiéndose... lanzás un beso... y te responden con un reproche velado, una alusión a lo absurdo, un gesto de tristeza por el estúpido paraguas que no se encuentra, por la sed y la ansiedad...


inconsciente de todo poder, es decir, indefenso, decidís seguir las pautas de niño zarandeado por la vida. para qué detenerse en lo que hacés o crees hacer, si vas como zombi con tu cabeza retumbando, no obstante; y con acopio de buenas intenciones te dejás infundir ánimo en cada pasajero de tus sueños, en cada transeúnte anónimo, en cada frase sin sentido que pronunciás o escuchás, en cada pensamiento que implosiona en tus neuronas, allá detrás del fondo, sin fondo...


Importa poco quien seas y menos aún que seas tú la que actúe o la guionista de lo actuado. en algún anochecer te dejás invadir nuevamente por el súcubo y entonces es como borrar las líneas de la mano y prestar oído al lamento que alguien canta en la estación del metro y que te mece como una canción de cuna...

retrocedes y avanzas. te caes, trastabillas, te volvés a caer, ya no podés más y vas a parar al fondo lúgubre de la caverna. deambulás perdido, entrás en una bóveda plagada de ojos negros que recubren lo que será tu lecho de muerte... entonces cogés tu frasco de canciones enlatadas y te atiborrás de placebos y más placebos.


sin embargo, entrar en ese lecho es acostarte con ella y con los cadáveres de todas las que fuiste.
—quiero no ser— gritás asustado... —y despertar mañana, y no olvidar... que sea largo el amor- (suspirás...), que sea larga mi fantasía, que nunca llegue el olvido...


lográs incorporarte pasas el cerrojo y te encerrás con llave, porque la noche es inmensamente larga. pero inútilmente porque ella crece desde adentro en tu sueño como una extraña yerba, como un dulce regusto amargo, como una concreta indiscreción de tus más preciadas ilusiones.
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6 comentarios:

Cecy dijo...

No me gustan los Domingos, sobre todo cuando empieza a crecer esta hora en la que te estoy escribiendo, es como que el demonio se apodera de uno, no se si es como ella, pero he tenido varios domingos negros...

Besos.

Te dije que me gusta la música? je

Unknown dijo...

los domingos son extraños, intensos, vacíos de estar tan llenos, agonizan sobre nuestros despojos, si lanzas un beso yo te mando miles, te dejo todo mi amor y felicidad para ti

Insisto... dijo...

Elucubrar sensaciones en un día domingo pueden ser signos de una noche entretenida ;)


cariñusss---otra vez...gracias por ir a mi antro ;)

Morena dijo...

Domingos sin fondo, que nos llenan de nada, esperando sonidos que no llegarán.
Los sensibles mueren en domingo y mi alma no puede más.

Maravillosa la magia la tuya.

Writing in the darkness dijo...

Hola... no te angusties... simplemente perdon por mi silencio... despues respondere el hermoso mensaje como es debido... cuidate bye

Prince W. Cantodea © dijo...

El domingo es el último reducto...
...ojalá se vuelva a repetir...

ciao.